domingo, 25 de febrero de 2018

Fuerza,
eso que soy,
que me llena
cuando te tengo
ante mis ojos,
eso que se esfuma
al darte la espalda.

Carne que salva
de uno mismo.

Mi sangre
volverá ser tuya.
Me quedo ahí
sin pestañear
en cada movimiento,
palabra,
sonrisa,
tuya,
clavada.

No preguntaré,
sólo absorberé
cada milésima de segundo
por si un día
no quedo,
te vas.

Que todo quede en mí,
como las cicatrices
que crean ese gesto,
ese en el que se mueven
miles de músculos de la cara
para saborear
una sonrisa,
mía,
contigo,
por tu ser.

martes, 13 de febrero de 2018

Aquel día
pude mirarle a los ojos,
eran paz
hasta que se cerraron
Y en mí erupcionó el miedo.

Se fue,
pero vuelve,
volverá,
pero queda para llegar.

Aún me faltan playas,
campos,
bocas,
pieles,
caídas,
emociones,
cervezas,
risas
y lágrimas.

Aún me queda crear,
crearme,
perdonar
y perdonarme.
Le vi
y seguí de largo
porque su vida
nunca paró por mí,
la mía ya no espera por él.

domingo, 11 de febrero de 2018

viernes, 2 de febrero de 2018

Al parecer
las víctimas
son las que dañan,
todo el daño
una exageración del alma.
Prohíbeme el silencio
mientras callas.
Ella me sonríe
porque le recuerdo,
pálidas
y con cráteres
de todos los daños
que han chocado,
pero no nos han roto.
Finalizar
o empezar,
no hay fin
si no es la muerte,
no hay comienzo
si no es el nacimiento.

jueves, 1 de febrero de 2018

El bucle
del por qué.

Tu mirada
no está sobre la mía,
tu piel
no me quema
con su calor,
tu respiración
no crea escalofríos
en mi cuello,
tu lengua
no se va a jugar con la mía,
no me vuelve débil
a ti,
a ella.

Vuelves
para hacerte el muerto
y para matarme,
una vez más.

Mis piernas no se mantienen
en cada regreso,
huelo a ganas
y se pisotea la ilusión.

Duele
el haber creído
y haber caído.

Tú,
el orgullo,
miedo,
egoísmo,
esperanza
y tristeza,
en bucle
contigo,
siempre.

tantas dificultades
cuando me desnudo
para tenernos fácil.

Por qué.
Para qué echar de menos
si con ello
no hay nada,
sólo vacío,
abismos.

Para qué apartar
actos por miedo,
muévete,
hazlo joder.

Para qué haces caso omiso
al gilipollas del orgullo
si con ello te pierdes,
tu esencia
y ganas mi ausencia.

Dar consejos
se da bien,
pero te echo de menos,
huyo por miedo
y soy orgullo.
Los pies
en el cielo,
el suelo
es para los cuerdos.

No me agarres,
no me ates,
no me enjaules,
deja mis alas actuar.

Frena,
sólo un segundo,
déjame bailar
a tu compás.

Vamos
quiero deshacerme
en tu paladar.
Todo lo pasado
sigue clavado
deseando que estés aquí
y a la vez
que te alejes otra vez.

Que sigo sentada
agarrando la esperanza.

Y quizás a estas alturas
ya sea tarde
para verlo otra vez.
Si el frío no me rompe
es porque te llevo dentro.